Después de la Crononiu tocaba
la siguiente parada de la Copa de España, esta vez en Sierra Nevada en el
Trofeo Sol y Nieve. Por lo largo que es el viaje y coincidir con otra carrera,
no seremos muchos los que nos bajemos a tierras andaluzas, del equipo vamos
Luis y yo y durante todo el viaje nos contamos mil batallas, yo escuchando más
que hablo.
Tampoco había mucho por hacer
una vez llegados. Trotar un rato para estirar piernas y probar el frontal, para
no tener sorpresas. Los dos llevaremos el modelo PAVÉ de Silva, y por lo que
comprobamos... nos se nos quedará corto... bueno si... ¡de peso!
En cuanto al recorrido, tres subidas y bajadas, todo por pista y de noche. La estrategia es no hacerse daño, esta será la última puesta a punto antes de Copa del Mundo.
Un minuto justo antes de
salir, anuncian que se queda en dos subidas y una bajada. La estrategia cambia.
Salgo como alma que lleva el diablo, buscando esas buenas sensaciones que
llevan días sin acompañarme, encontrándolas.
Cojo la suficiente ventaja
para ir gestionando yo la carrera. Detrás Luis, siempre en forma y un muy
fuerte Merillas, ya algo habitual también, se van intercambiando el orden del
podio, al final la balanza se vence del lado del joven leonés.
Una carrera rápida que me
sirve sobretodo de motivación para las citas más importantes que están por
venir.
El domingo a pesar de ser una
crono nos lleva casi el mismo tiempo que la carrera del día anterior. Cerca de
una hora de ácido láctico, en la que consigo también marcar el ritmo. Seguido
de nuevo de Manuel y cerrando el cajón Antonio, otro joven asturiano, residente
en Jaca, también muy fuerte.
En esta ocasión Luis ha preferido no forzar, para no arrastrar la molestia que le acompaña desde hace tiempo en la pierna. ¡Sabia decisión!
¡Recupérate pronto amigo!
Y con los deberes bien hechos
y el maletero lleno de buenas sensaciones y motivación, volvemos para el norte
tras un fin de semana tan fugaz como productivo. ¡Como esta crónica!
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