martes, 18 de febrero de 2014

Campeonatos de Europa Font Blanca



Ahora sí, tanto si llegas bien como si no tanto. Muchas horas de entreno, muchos pensamientos...
Uno de los claros objetivos del año. Evidentemente y para no faltar ni a la verdad ni a la más evidente realidad, el objetivo en esta competición para mí no es ganar. Bastante lejos de la cabeza el objetivo real, es acercarme lo más posible a la misma. Por eso cuando mucha gente me dice: “no... es que los que vais a ganar como tú...” (ahora hablando del verano…) y yo les comento que sé perfectamente lo que es ir a una carrera sabiendo que no vas a disputar… sé lo es.


El caso es que siempre vamos a dar el máximo pero hay que tener los pies en la tierra y aún mejorando cosas año tras año, quedan unas cuantas por seguir limando.
Este año añadiéndole la incertidumbre reglamentaria, le sumaré que llevo tres semanas con una gripe bastante vaga, que no quiere irse. Diré más la semana pasada apenas me dejó correr el Campeonato de España de crono... demasiada emoción…

El viernes se disputa la crono, carrera que se me suele dar mejor que la individual, el martes mismo, para no esperar más la voy a reconocer. Pendiente media, mantenida y alrededor de los 700 metros, será dura, pero no me disgusta.

Y así nos plantamos en el día en que la gente comienza el fin de semana, con un calor y humedad de justicia, todos juntos, mezclando los nervios con la tensión, las risas con las miradas de desconfianza y ambición... una mezcla bastante curiosa.

Go! sin decir el clásico 3... 2... comienzan las primeras zancadas. El objetivo mío, psicológico, es olvidarme de la parte de delante y detrás, centrarme en mis sensaciones. Y así hago, casi no miro más que mis espátulas y un poco las colas del de frente, para intentar engancharme en estos ritmos agónicos. Parece que me he deshecho del fantasma del virus y esto me da moral. Hay mucha gente animando, es casi como correr en casa. Queda muy poco y sin haber contado a la gente que me precede, tengo la impresión de que voy bastante bien. Delante llevo a Boscacci, no de debe ir muy bien pues siempre me suele sacar bastante tiempo. Ambicioso, en el último muro antes de la meta, le ataco, me pongo delante suyo casi a la misma velocidad que él me vuelve a pasar a mi... uff… que justo voy ya... me quedo casi clavado mientras escucho que se acaba en el segundo arco que veo... el rojo ¡el rojo! me grita todo el mundo, ahora sí, miro atrás para evitarme alguna desagradable sorpresa de última hora y ¡meta! hiperventilaciones, babas y dos minutos después felicitaciones y una gran... gran sensación de satisfacción. Un 15º puesto que me sabe genial a 1’48” de la cabeza y hemos entrado 15 corredores. Esto da una clara visión de cómo se está poniendo el nivel.



De aquí me voy con dos conclusiones, por un lado que me deshice, bueno aún de vez en cuando, de los mocos y otra que me encuentro bastante fuerte y valiente para el domingo.

Esta otra será diferente. Para empezar tenemos un día sino frío, cerrado, nevando y con muy poca visibilidad.
Las sensaciones siguen siendo buenas, algo cansado de piernas pero bien. La carrera es larga, muy larga. De modo que salgo reservando. Tras la primera larga subida tenemos una pequeña diagonal. Aquí cometo el primer error: me salgo de la traza y me quedo clavado en la nieve nueva. ¡Venga! una pequeña remontada con pieles y la segunda bajada ¡mal! ¡Bajo fatal! no veo nada y cada giro que hago pierdo más velocidad, ¡lo menos me han pasado 6! ¡Madre mía! Pongo pieles de nuevo y ahora toca apretar los dientes, la he liado bastante y ahora hay que intentar rehacer el entuerto.
Me voy encontrando genial, recuperando puestos y con fuerzas, esto arrastra también a la moral que casi me adelanta... eh ¡no te pases! me digo...
La siguiente bajada la hago algo mejor y estoy abriendo hueco, bien… ya la última subida, esta me la conozco y sé que es larga, venga queda poco. No me ha ido cogiendo nadie, ni subiendo ni bajando, último esfuerzo y veo el punto más alto de la subida. 
Ya sólo queda la última bajada. Repitiendo el gesto del viernes, mirada atrás y para abajo. Apurando los coletazos de fuerza bajo, completamente retrasado de posición hasta ver el arco de meta ¡el rojo! Me digo apenas riendo acordándome de la crono.


En esta ocasión me tengo que quedar con un 26º puesto. He conseguido recuperar lo que perdí al principio sin opción a más.
Cuando no sale todo perfecto sucede esto, pero de todo se sacan las lecciones positivas y de esto, si que tengo experiencia...
Tras esta parada europea recuperaremos fuerzas y miraremos hacia la siguiente, ahora dos días de desconexión, ¡qué también hace falta! 

3 comentarios:

  1. Hala pues,a descansar y saborear lo vivido, Miguel. Un placer compartir días por Andorra y poder veros hiperventilar hasta caer rendidos....impresionante. Qué bonito y qué durísimo es el skimo, sobre todo al actual nivel, cierto. :)

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  2. Una cronica genial!! Felicidades por el resultado! !!

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  3. Bien luchado Miguel! Todo un placer leer tus crónicas! A descansar y a dar mucha guerra en las próximas carreras! Aupa Titán!

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