Tiempo sin escribir, tiempo sin correr, tiempo… A veces es tiempo lo que necesitamos. Fue a finales de Junio la última crónica que escribí, Campeonato de España, un buen campanazo. Después Dolomitas, Giir Di Mont, Red Rock, clásicas italianas, grandes carreras, que este año no me dejaron ni buenos recuerdos... ni buenos resultados.
Todo tiene su otro lado, este verano estuve más por Benasque, donde he podido disfrutar de un entretenido verano, con el bueno de Maxi y con los compis... lo he pasado genial.
Sin más, nos plantamos en Septiembre y llega Cavalls del Vent. Este año son 100 kms, una cifra que solo leerla asusta, pero que tengo muchas ganas de probar. Con los nuevos entrenos de Ezequiel, llego en buena forma, motivado y con muuuuchas ganas de correr.
Viendo la élite que vienen uno se asusta, pero ¿quién dijo miedo?
Recogemos dorsales y nos explican las nuevas normas, hay que ir con muy poco equipo hasta las cinco de la tarde, reorganización y sobre todo mucha ayuda por parte del equipo de Luis. Gracias Sergio, Mónica, muchas gracias a todos.
Para la cama pronto y a las 7 de mañana, puntual intentando, sin éxito visualizar la carrera, comenzamos a trotar. Desechando la idea inicial de quedarme en un segundo grupo, me voy dejando llevar por una cabeza que lleva un ritmo constante, pero cómodo. Vamos haciendo los 1600 mts de desnivel iniciales. A medida que subimos hay más gente y más ambiente. Avituallamiento y lo que me imaginaba... vamos a parar poco... bueno, sigo bebiendo y disfrutando de ir al lado de los grandes.
Vamos Luis, Tòfol, Miguel y yo y en la bajada se nos une Merillas que no duda en marcar el ritmo. Seguimos bajando a buen ritmo y comenzamos a ver Bellver se hace larguillo. Allí, revisión de material, comemos, bebemos y rápido que esto no para. El polideportivo está lleno de gente, la piel de gallina y muy agradecido por todos los ánimos.
Cogemos otra pista de vuelta hacia el Cadí. Esta sí que se hace larga, llevamos 40 km y el ritmo machacón va haciendo un poco de mella. Bebe, come… me voy diciendo y obedezco. Dejamos la pista y comienza otra dura subida, no me encuentro mal subiendo gracias a los bastones.
Otro avituallamiento y hacia Prat de Aguiló, ¡aquí ya si comienzan las hostilidades! Jajaja. Luis parece que ya quiere empezar a enseñar las cartas y se empieza a escapar, Tòfol se para un momento y se queda atrás, Merillas y Miguel tiran delante de mí. Llegamos a otro avituallamiento y vamos saliendo por goteo. Luis se sigue escapando, Miguel detrás y yo voy cogiendo a Merillas que parece algo tocado y a Tòfol. Les paso y empiezo a apretar subiendo, voy cogiendo a Miguel ¡qué bien me encuentro!
Coronamos y vamos bajando a Estasen, punto clave para mí, creo que me he pasado apretando, o no estoy seguro. Bajando de aquí me voy quedando sin fuerzas, paso el siguiente avituallamiento, pero llevo un ritmo muy lento. Tòfol me coge con la misma velocidad que me deja. Un rato después justo antes de la siguiente parada hace lo mismo Merillas.
Me encuentro muy cansado y con mucho dolor de piernas. Las bajadas son eternas, solo espero que lleguen tramos de andar subiendo es donde menos cosas me duelen.
De repente, como por arte de magia se me esfuma ese espíritu competitivo y se me despierta la supervivencia, solo quiero llegar, lo único es que me queda lo que en otras circunstancias sería casi una carrera entera de 20 km.
Me vuelvo a concentrar mientras sigo recibiendo ayuda por todos lados, Sergio me cambia los bidones, me da de comer y no deja que piense en otra cosa que en seguir, gracias.
Último avituallamiento, Kiko Soler, el Gran Kiko, me anima con esa sonrisa eterna ermitaña, si se me permite, mientras me explica, lo que me queda y me tranquiliza diciendo que no tengo a nadie demasiado cerca como para tener que hacer un cambio, que claramente no podría realizar.
¡El último apretón Miguel! A estas alturas, como si de otro día se tratara, me van viniendo imágenes del principio de la carrera, recuerdo cuando corría junto a Miguel y me pregunto cómo irán ellos. Ahora es cuando hay que ser duro me voy diciendo mientras mis pies intentan esquivar las piedras sin éxito, me voy torciendo como un muñeco de trapo.
Vamos, me vuelvo a encontrar a Juanan que me sigue animando a pesar de la poca conversación (positiva) que le puedo ofrecer. Gerard me acompaña otro tramo con la bici, es increíble la cantidad de gente que ha venido a animar.
Caminito, corriendo acompañado de unos niños que corren a mi alrededor, como si de un anciano me tratara y ¡TA-CHAN BAGÁ!, ya escucho a DEPA guiar todas las voces de ánimo mientras veo terminar mi primera ULTRA DE TRES CIFRAS.
GRACIAS, es lo único que puedo decir, mientras intento que no se me inunden los ojos de recuerdos flotando en lágrimas de emoción.
Ha sido una experiencia increíble, ahora tocará trabajar en cosas para que la próxima salga aún mejor. Pero lo que si tengo claro es que hay que jugar, hay que arriesgar. Es lo que de verdad me hizo sentir competitivo, muchas veces no me saldrá bien, pero solo por esa ocasión que lo consiga... valdrá la pena.
Repito mi agradecimiento a todos, mientras recuerdo el beso que me dio Ester al llegar mientras me daba la enhorabuena, GRACIAS.
Enhorabuena Miguel! gran carrera la tuya. Solo siento no haber coincidido en Bagá, pero claro para cuando yo crucé meta tu hacía ya un rato largo q habías marchado a descansar :)
ResponderEliminarUna gran carrera y un gran debut!! seguro que nos continuas dando espectaculo y haciendo disfrutar con tu nivelazo!! animos campeón!!
ResponderEliminarEnhorabuena Miguel !! Espectacular relato y vivenzas en carrera. Tampoco pudimos coincidir, la próxima ya iré más rápido, ;))))
ResponderEliminarEnhorabuena Miguel, la cara que llevabas en la llegada al Estasen lo dice todo, lo digo por que hice yo la foto jejejeje, menudo carreron os hicisteis todos, el amigo Kiko soler levanta ánimos he !! jejejejeje, venga un saludo desde Berga.
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